ANDREU SOTORRA - CATALAN WRITER AND JOURNALIST

KORAZÓN DE PARARRAYOS

[fragment]

Para escuchar un fragmento de la novela en IVOOX en la voz del autor, aquí

Cuando yo tenía once años, mi hermano mayor era okupa.

Y cuando sucedió todo aquello de la antigua leprosería de la montaña, yo le decía, para hacerle rabiar:

--Eres como un viejecito. Ya tienes veinticuatro años y pronto se te caerán los dientes, acabarás con la cabeza calva como un melón y tendrás que retirarte a la montaña para morir.

[...]

Porque a ver: ¿qué nombre se le puede poner a un hermano mayor que renuncia a la cama tibia de casa, que prefiere vivir en la montaña, con los jabalíes y los espantajos, en una leprosería abandonada, y que acaba saliendo por la tele, colgado de la punta de un pararrayos como si fuese una cigüeña que hace su nido? Pues éste: Korazón de Pararrayos.

[...]

Una semana después de aquella pelea, Marcos me vino a esperar a la escuela y me dijo que no nos veríamos durante un tiempo. Que no quería marcharse sin decirme adiós. Que les dijese a nuestros padres que, aunque pensasen lo que pensaban sobre lo que él hacía, los quería.

Había encontrado trabajo como voluntario en una ONG y se marchaba con sus amigos a África.

Bueno, Yung, así de fácil, adiós y cuídate. ¿Era así como iban las cosas? ¿Primero te enamorabas, luego amabas y luego: «adiós y cuídate»?

--¿Y yo qué hago ahora? --le dije con los ojos que me escocían, a punto de echarme a llorar.

--Tú, Yung, piensa en mí, hermanita. Cuando vuelva y tenga trabajo de médico aquí, me hará falta una buena enfermera. ¡Tienes el trabajo asegurado!

Y nos abrazamos.

No le dije «escríbeme una postal desde África», porque no estaba segura de que en África hubiese postales como aquí y, si las había, no sabía si el correo funcionaba lo suficientemente bien.

Y entonces me vino todo a la vez: las lágrimas que me había aguantado, el hipo, las ganas de gritar. Y el silencio.