CLIP DE TEATRE
[El Molino]
El Molino ha reobert al Paral·lel de Barcelona
complementament renovat
després de 13 anys del seu tancament
- «Made in Paral·lel». Companyia inaugural del nou Molino. Diversos artistes convidats. Disseny de vestuari: María Araujo. Director musical: Xavier Torras. Director coreogràfic: Robert G. Alonso. Direcció artística de Josep Maria Portavella. Barcelona, El Molino, 18 octubre 2010.
- [Recull de cròniques]
- “Quan venia cap aquí he pujat a un taxi i li he dit al conductor que em portés a l'avinguda més important de Barcelona, i m'ha dut a la Diagonal!”, deia al començar l'espectacle inaugural d'El Molino la Terremoto de Alcorcón, vedet resident. Merche Mar l'advertia que no eren bons moments per parlar de la Diagonal, “perquè ha vingut l'Hereu”, i la parella de la nit ja va estar servida. Enfundada en un vestit de lluentons (“si m'acosto a l'orquestra la il·lumino”), el seu flirteig amb l'alcalde va recordar els millors moments de les molineres del passat.
- La Terremoto va ser el descobriment artístic d'una nit plena de nostàlgia tot i que els leds i el minimalisme de la decoració recordaven que érem al segle XXI. Mentre Mar assenyalava que érem al local artístic més avançat tecnològicament de tot Barcelona, l'alcalde ens deia en un apart que el més impressionant “és el que hi ha a dalt, el que no es veu”. “Els temps canvien, abans tot era més entranyable, més decadent... El Molino va ser un esclat de llibertat, de recuperar la cultura, la imaginació, la frivolitat”, deia l'actriu Montserrat Carulla amb la Transició al cap. Llavors la ploma, la cuixa i el sexe estripat eren sinònim de modernitat: “Ningú ho veia masclista sinó transgressor i lúdic”, deia Magda Oranich, que hi solia anar un cop l'any. Al seu costat Àngel Casas, l'home que va gosar dur Christa Leem, l'estriptis intel·lectual, al seu xou televisiu. “Espero que la tecnologia no destrossi l'esperit de cabaret clàssic. Jo ja em veig com un d'aquells senyors grans que els queia la baba”, reia.
- En canvi Judit Mascó no en té gaires records, ella espera molt del nou Paral·lel i d'un Molino “que fins i tot es podrà llogar per fer-hi desfilades”, ens deia vestida amb pantalons camel (el color de moda) abans que tot comencés i la veu de Júlia Otero ens recordés que el seu pare va ser trompetista del Liceu del poble (Amparo Moreno dixit). L'espectacle (que alguns van trobar irregular però que tots van aplaudir), incloïa una escena amb les veus d'una Lloll Beltran encantada amb el xou, d'una Mont Plans preocupada perquè no quedés antic i amb Cayetana de Alba sentenciant: “¡A mí lo que digan o dejen de decir me trae completamente sin cuidado!”. Un divertit avís als crítics poc indulgents que creiem que no els costarà copyright, ja que la duquessa és més que lliberal i qualsevol dia pot aparèixer a la porta amb el seu Alfonso.
- Ara bé, la nit inaugural, amb una entrada molt controlada, va ser per als vips barcelonins: vam veure explicant batalletes divertides la Maña, Yolanda Ramos i Amparo Moreno (“diuen que ara l'escenari és més petit però a mi sempre m'ha quedat petit”), Fede Sardà, Luis del Olmo, Pasqual Maragall, Núria Feliu, Biel Mesquida, Arantxa Sánchez Vicario i el seu germà Emilio –la Terremoto se li va asseure a la cama (que la va decebre!)–, Xavier Trias... Montilla hi va ser abans i després, però va faltar a l'espectacle, cosa que la Terremoto no va perdonar. “Es mou molt, però on és quan el volem?”. La vedet és imbatible. (Maria Josep Jordan, AVUI / El Punt)
- ¡Señoras y señores!: el Molino, el mítico café concierto, cuna de artistas del cabaré y la farándula patria ha vuelto a levantar hoy su telón tras 13 años de silencio. Y lo ha hecho con una noche como nunca soñó. Las plumas, las lentejuelas, el maquillaje extremo y el humor picante han recuperado en el Paralelo barcelonés el espacio que nunca debieron perder.
- La reapertura de El Molino, ver lo que la empresa OcioPuro había preparado para este estreno de alfombra roja, ha causado tanta expectación que la 'premiere' inaugural se ha tenido que dividir en cuatro jornadas consecutivas, la primera, la de hoy, la de mayores nervios, con la presencia entre el publico de algunos de los nombres históricos que hicieron famoso a este local centenario: Lita Claver "la Maña", Amparo Moreno, Yolanda Ramos...
- El título elegido para el espectáculo no deja dudas sobre las pretensiones de la nueva etapa: 'Made in Paral·lel', un homenaje al espíritu añejo de este teatro, refugio de cierto erotismo naif y ácido durante los años oscuros del franquismo, y que ahora se recupera con mayores pretensiones artísticas, aunque buscando mantener aquel aire transgresor, una tarea difícil en la era de internet.
- El mundo, como decía la canción, gira y en los años que El Molino ha permanecido cerrado han cambiado muchas cosas, sobre todo en el mundo del espectáculo, donde las 'drag queen' y sus variantes, han llegado a hacerse omnipresentes y han desplazado a las tradicionales vedettes del music-hall de toda la vida, allí donde quedaban.
- De eso sabe mucho Josep María Portavella, fundador del grupo "The Chanclettes", que ha sido el encargado de mantener el equilibrio entre lo viejo y lo nuevo en este espectáculo, y quien minutos antes del estreno corría de un lado a otro del escenario dando las últimas instrucciones. "No estoy nervioso", decía vestido con esmoking y tacones antes de crispar dramáticamente el gesto de su cara y hacer ver que se desmayaba ante algunos periodistas.
- Tras un videomontaje que se ha proyectado en la fachada del teatro ha llegado el momento. Penumbra "en rojo y negro", con el letrero de El Molino sobre el escenario y una banda trifásica -piano, violín y viento- expectante a dar los primeros acordes.
- Entonces, en los pasillos se ha oído la voz de Merche Mar, la veterana vedette, que ha actuado de anfitriona con lengua viperina. "Espero no echarme a llorar, pero hace tiempo que tenía ganas de decir esto: Benvinguts a El Molino", ha gritado mientras se dirigía al público sentado en filas de sillas -sin poder beber ni fumar como en los mejores tiempos- pero sin parar de sonreír.
- El espectáculo ha sido un recorrido por el cabaré y el music-hall español, marcado siempre por la lucha entre la censura -esa luz roja que se encendía cuando venía la policía- y lo que se podía mostrar, pero sin olvidar otros momentos recientes de la historia española y catalana.
- "La Terremoto del Alcorcón", que ha interpretado una versión "castizo-jotera" del "Sunset Boulevard" de Lloyd Weber, ha puesto el momento cabaretero de la noche, flirteando con el alcalde, Jordi Hereu, al que le ha dejado caer alguna puya sobre el fracaso de la consulta de Diagonal, "que ni es una rambla ni un boulevard, ni nada", le ha dicho como quien no quería la cosa.
- Tampoco ha faltado el himno de El Molino: "Al Molino cada día, centrifuga tus manías", cantado con energía y en tres idiomas por Víctor Massan, ni las bailarinas, unas señoritas "ligeras de ropa", como manda la tradición, que han ofrecido el momento "disco-sexi" que todo café cantante que se precie debe programar.
- Las inexcusables colas de plumas las han portado con gracia varias despampanantes jóvenes que de forma sorprendente hablaban con las voces de Concha Velasco, Lloll Bertran, Mont Planas, Nuria Feliu y Teresa Gimpera, y que en un nuevo guiño a la revista han cantado el famoso: "Agradecida, y emocionada, solamente puedo decir...
- El espíritu "arti" lo han aportado, entre otros, el bailaor Amador Rojas, con un número de flamenco fusión del que sobre todo destacaba su expresivo y ambiguo rostro, que a muchos ha recordado al del Carmen Amaya, y el burlesque tecnológico kitsch de Roberto Alonso, más cercano quizás a los gustos mainstream actuales.
- Y sí, sí ha habido un estríptis integral, con música de la pantera rosa y el arte de Úrsula y sus pañuelos. Muchos aplausos.
- Queda poco del antiguo teatro que cerró sus puertas en 1997, la fachada, el letrero luminoso y poco más. Pero había memoria histórica para recordar viejos tiempos.
- "La noche del estreno es la de más nervios" decía a los periodistas una emocionada Lita Claver. A su lado la "hipervedette" Amparo Moreno recordaba "lo bonito que fueron" sus días en El Molino.
- Mientras los exclusivos invitados pisaban la alfombra roja -el presidente de la Generalitat, José Montilla, que se ha dejado ver durante unos minutos, y su predecesor Pasqual Maragall, las actrices Teresa Gimpera y Montse Carulla...- los curiosos se arremolinaban fuera, bajo las aspas en movimiento.
- Entre ellas Emérita y Lucinda, dos risueñas señoras, de 74 y 81 años. Emérita reconoce que nunca pisó el viejo Molino -"a pesar de que mi marido siempre tenía entradas- pero asegura que ahora no se perderá la ocasión. Lucinda sí que estuvo dos veces, en los sesenta. No recuerda a quién vio actuar, de lo que no se olvida "es que era algo distinto, emocionante; ahora será más moderno, pero no igual".
- El proyecto arquitectónico, que ha costado quince millones de euros, ha tenido que luchar contra las estrecheces de la planta de este edificio, que ha ganado en altura y en presencia con un fachada de leds que lo convierten en un faro, quizás del esperado resurgir del Paral·lel.
- En la otra acera, a pocos metros de los flashes del estreno, el teatro Arnau y el solar del Thalia parecían esperar en penumbra su turno para acompañar a El Molino en el renacer del Broodway barcelonés. (Sergio Andreu, Agència EFE).
- El 14 de novembre de 1997, la vedet Merche Mar es va acomiadar del públic, llavors tan fidel com escàs, amb la por que fos la seva última salutació. El Molino abaixava el teló davant la sol·licitud de fallida. L'espectacle Pluma y peineta acomiadava una història centenària del music-hall barceloní. Ahir, 12 anys i 11 mesos després, Merche Mar va tornar a actuar, aquest cop davant d'un públic de gala en el qual no faltaven il·lustres com el president Montilla i l'alcalde Hereu. Va ser la nit de la reobertura d'El Molino del segle XXI, iniciada al carrer davant un nombrós grup de veïns del Poble-sec. Van ser testimonis d'un muntatge amb ritme electrònic i projeccions a la façana de leds.
- Un cop a l'interior, el nou Molino, que ha auspiciat l'empresària Elvira Vázquez, va voler fer, evidentment, un homenatge al seu passat amb l'espectacle Made in Paral·lel, firmat per Josep Maria Portavella, actor i director de The Chanclettes. Va ser Merche Mar qui, amb un vestit de lluentons, es va passejar entre el públic en primer lloc elogiant la modernitat del local. «És el més avançat de Barcelona», va proclamar mentre anunciava que «no seria la vedet ni pujaria a l'escenari».
- Després va agafar el testimoni la Terremoto de Alcorcón, que també va jugar amb els espectadors. «Benvinguts al Liceu del poble», va clamar rotunda poc abans d'aclamar el president Maragall, un dels convidats. «Pasqual, ets el més gran».
- Víctor Masán, el mestre de cerimònies, va donar pas a l'espectacle dissenyat per Portavella. Va ser un recorregut per la història del Paral·lel, de Barcelona i dels gèneres que van donar glòria a El Molino. Així, el bailaor Amador Rojas va recrear la genial Carmen Amaya, mentre que a Belinda Blind, artista cec dels Chicos Mambo, va recordar els anys de la fundació del teatre, coincidint amb la pèrdua de Cuba. Tampoc va faltar un número de The Chanclettes a partir d'un brillant playback amb imitacions de Concha Velasco, la Lloll i la duquessa d'Alba. I, tractant-se d'El Molino, no hi podia faltar un striptease. El va fer Úrsula Martínez, una performer britànica de mare espanyola que va jugar amb un mocador màgic que recorria tot el seu cos. El Molino de sempre. (Imma Fernàndez, El Periódico)
- El Molino barcelonés vuelve a centrifugar plumas. No solo las de las vedettes, imprescindibles, sino las que le han añadido el grupo The Chanclettes, conocidos por su más o menos logrado flirteo con el travestismo. Merche Mar, la vedette-puente entre el Molino de antaño y el de ahora, se encargó de dar la bienvenida al público, no sin provocar un cierto desajuste entre el "Hola guapo, ¿cómo estás?, ¿has venido solo?" a lo largo del pasillo y los leds que decoran los nuevos anfiteatros de la sala, magnífica, por cierto. "Es el local tecnológicamente más avanzado de Barcelona, pero al mismo tiempo hemos conservado la proximidad con el público", dijo. Es cierto. Y la que más jugo le sacó a esa proximidad fue La Terremoto de Alcorcón, la más graciosa de todos y todas, la que salvó tan ambiciosa reapertura con su desparpajo y su melena leonina embutida en un vestido palabra de honor; un espectáculo inaugural que despertó gran expectativa por mantenerse en secreto (sólo sabíamos que el guión y la dirección eran de Josep Maria Portavella de The Chanclettes; que Xavier Torras era el director musical y que María Araujo se encargaba del vestuario) y que al final tampoco fue para tanto. Al cuerpo de baile femenino, las Molino Girls, le faltan unos ensayos. Eso sí, clavan los playback.
- El primero que interpretan tiene la gracia de contar con las voces de Concha Velasco, Lloll Beltran, Mont Planas e incluso la de la Duquesa de Alba (!). Los Boys parecen sacados del videojuego Sim City, pues responden a todos los perfiles posibles: el pijo, el rastas, el mariquita... y no pasan de pasearse por entre el público. Y en cuanto a los números, hay un poco de todo, y sobre todo, demasiada pluma. La historia del Paralelo vinculada a la del país como hilo conductor del espectáculo, en boca de Victor Massan, que hace de maestro de ceremonias, se pierde entre los torsos desnudos de los chicos y las lentejuelas de los corsés de las chicas, que a su vez pierden brillo en favor del escay con el que unos y otras interpretan los ritmos discotequeros. A una maga que hace striptease o una streaper que hace magia con un pañuelito rojo, pero que en cualquier caso acaba en pelotas, le sigue un tipo también en bolas que canta agazapado en el suelo; y a éste dos haciendo kickboxing con sendos calzones rojos y azules en un número que aspira a ser simbólico, ya saben, el azul de Falange, y el rojo de los rojos, vamos. Hay más números de estos pero, ya digo, quieren significar tanto que acaban por no decir nada, porque ya se sabe que quien mucho abarca... Demasiado largo, demasiados géneros (¿he hablado ya del "último mohicano" que baila flamenco bajo un abriguito que parece que se lo haya robado al Principito?), y lo dicho, demasiadas plumas, que acaban cayendo literalmente del techo al finalizar la función, un espectáculo inaugural que se vio afectado por problemas técnicos relacionados con unas imágenes en vídeo que no se rescataron hasta la segunda parte. Suerte pues de La Terremoto, y suerte también de Amparo Moreno, que estuvo muy graciosa cuando aquella le preguntó por las nuevas medidas del escenario y contestó: "A mí siempre me ha venido pequeño". (Begoña Barrena, El País)
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